- Editorial:
- ALTAIR REVISTA,S.L.
- Año de edición:
- 2013
- Materia:
- Revistas
- EAN:
- 9789201353771
- Páginas:
- 148
- Idioma:
- CASTELLA
- Colección:
- SEGONA EPOCA
82 LONDRES -ALTAIR REVISTA (2ª EPOCA)
LA JOYA DE LA CORONA
AA.VV
LA CREÓ EL HOMBRE Y SIGUE A SU SERVICIO Tiene tantos rostros, que todos los visitantes encuentran uno a su gusto. Así, Londres es tradicional, conserva instituciones y ritos con una salud a prueba de siglos. Silvestre, cuenta con parques donde gamos o venados viven a sus anchas en plena metrópoli. Monumental, exhibe un puñado de edificios históricos con renombre mundial. Futurista, despliega obras de los más audaces estudios de arquitectura. Hospitalario, se ha abierto a comunidades llegadas de todos los confines del planeta, cada una con su manera de vestir, hablar, sentir, e incluso de bailar o comer. También es clasista, con una segregación casi impermeable, basada en el orgullo por el propio estatus, aunque sea el más sencillo. Rompedor, Londres da alas al talento y la creatividad de los artistas más contestatarios. Nostálgico, custodia rescoldos de los movimientos culturales y sociales que zarandearon el siglo xx. Patriótico, manifiesta una pasmosa devoción por los símbolos, común a todos los sectores, incluidas las tribus urbanas más díscolas. Vanguardista, alumbra las tendencias que encauzarán nuestro pensamiento y nuestros gustos en un futuro inmediato… Resulta difícil sentirse extraño en la capital inglesa. No es casual que, desde Altaïr, viajemos a la metrópoli casi un año después de sus Juegos Olímpicos: nos interesa, sobre todo, la urbe que salió de la cita, la que permanece cuando las competiciones ya son historia. La que encontrará el viajero. Una ciudad quizá rejuvenecida, pero leal a su pasado y a su identidad. Una capital que no creció como proyección y escaparate del gran Estado, sino por la iniciativa de sus habitantes, sobre todo de la burguesía mercantil. Casi siempre, sin planificación, sin orden ni concierto, sin planes urbanísticos ni grandes intervenciones o bulevares, y con pocos edificios grandiosos, casi todos utilitarios. Una ciudad al servicio del hombre. En esta urbe, el legado victoriano tiene un protagonismo aún patente. Se percibe en los muchos edificios de viviendas erigidos con ladrillos, en las macizas estaciones ferroviarias, en los diversos recuerdos imperiales. Desde aquellas décadas gloriosas, Londres es la metrópoli europea con más y mejores museos, y el epicentro teatral. Una ciudad acaso injusta por sus desigualdades, pero limpia, civilizada y cortés. De todos esos aspectos, nos habló el periodista Quim Olivares, quien nos dio las herramientas para movernos por la urbe sin extraviarnos. Por eso, queremos manifestarle nuestra gratitud.